Una empleada expuso a su superiora  y los abusos a los que fue víctima

 “La única que aquí grita soy yo”, se la escucha decir a la empleadora en un video en el que quedó expuesta.  El hecho tuvo lugar en una empresa de México. La empleada manifestó que no tenía un contrato y, por ende, no contaba con prestaciones sociales.

A través de las redes sociales, los usuarios no solo cuentan momentos divertidos o cosas que les pasan en su cotidianidad; sino que también generan un espacio de confianza donde denunciar públicamente hechos que no deben pasar inadvertidos. En esta ocasión, una joven expuso a  su jefa abusiva.

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La denuncia, se hizo viral en TikTok es una de las plataformas que recoge, en storytimes, algunos casos. Uno de los cuales ocurrió en México y fue expuesto por Samantha Zúñiga, una joven quien, cansada de los tratos que le daba su superiora, decidió exponerla en redes. Para dejar evidencia del ambiente laboral que libraba, se las arregló para grabar uno de los episodios de ‘choque’ por las fechas para recibir el salario.

De acuerdo con lo relatado por Zúñiga, sucedió en el establecimiento de impresión digital, fue compilado en varios clips. En el primero de estos (difundido esta semana) se escucha que el altercado comenzó porque ella expresó su inconformidad con el lugar, pues se le empezaría a pagar quincenalmente y no cada semana como hasta ahora.

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“Son mis clientes, no tuyos”, expone la superior y añade: “No estás obedeciendo mis órdenes”, dijo la jefa y la respuesta de la joven fue que el horario (de pago) no podía ser cambiado repentinamente. “Llega temprano y no tengo ningún problema (...). Yo no le tengo miedo a tu abogado, pásamelo y si yo digo que les pago a la quincena, les pago a la quincena”, interrumpió la encargada del lugar, quien guardó silencio ante la llegada de un cliente.

En ese momento, la supervisora le dijo a su empleada para que guardara silencio ante la llegada de una tercera persona; no obstante, Zúñiga le cuestionó el por qué no continuaba alzando la voz frente a testigos. Posteriormente, la otra mujer insistió para que se callara y subrayó que eran sus clientes, más no los de la trabajadora.

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Los choques aumentaron de nivel cuando la superiora le recalcó que ella era quien pagaba y se ‘amparo’ en la ley, al agregar que podía decidir cuándo entregar los salarios y la forma. “No voy a discutir con una x, voy a discutir con un abogado laboral”, apeló, como una de las razones en el cambio de plazos, a la supuesta indisciplina y forma de responder de Zúñiga.

 “No me gusta que me contestes (...). Te voy a gritar lo que se me pegue la gana. Si no te gusta, la puerta está muy abierta”, afirmó la jefa antes de asegurar que en adelante dispondría de un contrato en el que establecería los tiempos de pago.