29/10/2025
Río de Janeiro conmocionada: 132 muertos tras un
operativo policial sin precedentes
Río de
Janeiro, 29 de octubre de 2025. - La ciudad más emblemática de Brasil amaneció
entre el dolor, la indignación y el miedo. La operación policial lanzada el
martes en varias favelas de Río de Janeiro, presentada inicialmente como una
acción contra el crimen organizado, terminó convertida en la más letal en la
historia de la ciudad. Según cifras oficiales de la Defensoría Pública
regional, al menos 132 personas murieron, incluyendo cuatro agentes
policiales.
Durante
la madrugada, los vecinos del complejo de Penha, una de las zonas más
afectadas, recuperaron más de 50 cadáveres que habían quedado esparcidos
en las calles tras los tiroteos del día anterior. Los cuerpos fueron
trasladados por los propios residentes a la plaza São Lucas, donde
fueron cubiertos con plásticos y telas improvisadas, en una escena que recuerda
los episodios más oscuros de la violencia urbana brasileña.
"Una masacre": la denuncia de los vecinos
Entre
gritos de "¡asesinos, asesinos!", los pobladores expresaron su repudio al
operativo, al que describieron como una ejecución masiva más que una
acción de seguridad.
"Hay personas ejecutadas, muchas de ellas con un tiro en la nuca o por la
espalda. Esto no puede considerarse seguridad pública", denunció el activista
comunitario Raul Santiago, uno de los referentes sociales de la zona.
Diversos
videos difundidos en redes sociales muestran calles vacías, casas perforadas
por balas y familias buscando desesperadamente a sus desaparecidos.
Organizaciones de derechos humanos exigieron la apertura inmediata de una investigación
federal independiente, ante lo que consideran un caso de violencia
institucional extrema.
El Comando Vermelho, en el centro del conflicto
El
operativo, que movilizó a 2.500 efectivos policiales, tenía como
objetivo principal frenar la expansión territorial del Comando Vermelho,
la segunda organización criminal más poderosa de Brasil. Este grupo controla el
tráfico de drogas en gran parte de las favelas cariocas y mantiene una larga
disputa con facciones rivales y con las fuerzas del orden.
Durante
la incursión, los criminales respondieron con intensos tiroteos e
incluso se reportó el uso de granadas lanzadas desde drones, una táctica
inédita que sorprendió a las autoridades. Sin embargo, la magnitud del fuego
cruzado y la cantidad de civiles muertos ha encendido las alarmas sobre el uso
desproporcionado de la fuerza por parte del Estado.
El reclamo desde Brasilia: pedido de intervención
federal
Desde la
capital, el ministro de Justicia y Seguridad Pública, Ricardo
Lewandowski, sostuvo que si el gobierno de Río de Janeiro no logra
controlar la situación, debe solicitar la intervención federal al
presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
"Si el
gobernador siente que no tiene condiciones, tiene que tirar la toalla y pedir
la activación de la Garantía de Ley y Orden. Si no logra enfrentar al delito,
será tragado por el crimen organizado", advirtió el ministro.
Lewandowski
aclaró que la administración estatal no pidió apoyo federal para esta
operación y condenó lo que calificó como un uso excesivo de la fuerza. Además,
expresó sus condolencias tanto a los familiares de los cuatro policías caídos
como a los "inocentes que perecieron" durante el operativo.
Críticas a la estrategia de seguridad
El
ministro señaló que la lucha contra el crimen debe apoyarse en inteligencia,
planificación y cooperación institucional, y no en intervenciones masivas
que arrasan con barrios enteros. Como ejemplo, mencionó la Operación Carbono
Oculto, desarrollada en São Paulo en septiembre, donde se desarticuló una
célula del Primer Comando de la Capital (PCC) sin víctimas fatales.
"Nadie
murió y la organización criminal fue derrotada. Así se combate el crimen
organizado", enfatizó Lewandowski.
El día después: miedo, silencio y dolor
En las
favelas afectadas, las escuelas y comercios permanecen cerrados. El transporte
público circula con restricciones y los vecinos evitan salir de sus casas por
temor a nuevos enfrentamientos. Organizaciones humanitarias denuncian que decenas
de cuerpos aún no han sido identificados y que muchas familias desconocen
el paradero de sus seres queridos.
La
Defensoría Pública de Río de Janeiro confirmó que abrirá un expediente para investigar
posibles ejecuciones extrajudiciales y abusos durante la intervención. En
paralelo, la sociedad civil exige respuestas y el gobierno enfrenta una
creciente presión política y mediática.
Conclusión: una herida abierta en el corazón de
Brasil
La
tragedia de Río de Janeiro revive el eterno dilema brasileño entre seguridad
y derechos humanos. Mientras las autoridades intentan justificar la
operación como parte de la lucha contra el narcotráfico, las imágenes de
cadáveres en las calles y el dolor de las familias muestran otra realidad: la
de comunidades enteras atrapadas entre el crimen y la violencia estatal.
El país
se enfrenta, una vez más, a una pregunta urgente: ¿hasta cuándo se puede
combatir la violencia con más violencia?
COMPARTE TU OPINION | DEJANOS UN COMENTARIO
Los comentarios publicados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de sanciones legales.