12/12/2025
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, mantuvo la semana pasada una conversación telefónica con Nicolás Maduro, en el primer contacto directo entre ambos mandatarios en más de un año. Según fuentes oficiales citadas por agencias internacionales, el diálogo fue breve y cordial, centrado en la necesidad de preservar la estabilidad y la paz en América Latina. El vínculo bilateral se encontraba prácticamente paralizado desde que Brasil desconoció las elecciones venezolanas del año pasado, cuestionadas por denuncias de fraude.
El contacto con Caracas se produjo después de una llamada de 40 minutos entre Lula y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. En esa comunicación, ambos gobiernos repasaron el estado de las negociaciones comerciales que buscan revertir los aranceles impuestos por Washington como represalia tras la condena judicial a Jair Bolsonaro. Tanto Lula como Trump calificaron el diálogo como positivo y coincidieron en avanzar hacia un esquema de cooperación más amplio.
Durante la conversación, Lula destacó las operaciones que impulsa su administración contra redes de crimen organizado, y planteó la necesidad de coordinar esfuerzos para enfrentar a estas estructuras transnacionales. Trump manifestó su disposición a colaborar y afirmó que ambos países evalúan mecanismos de trabajo conjunto en esta materia.
El acercamiento ocurre en un contexto de tensión regional, marcado por el despliegue militar estadounidense en el Caribe y el Pacífico bajo el argumento de combatir el narcotráfico. Estas operaciones incluyeron ataques a embarcaciones señaladas por actividades ilícitas y generaron 83 muertos, según cifras oficiales estadounidenses. Desde Caracas, Maduro sostiene que el objetivo real de la ofensiva es desestabilizar su gobierno.
La relación entre Washington y Brasil también atraviesa un período sensible debido a las sanciones comerciales y al bloqueo a ciertos productos brasileños, medidas que Trump justificó como respuesta al proceso judicial contra Bolsonaro. Algunos aranceles fueron parcialmente levantados en los últimos meses, aunque Lula espera que continúen las revisiones.
En este escenario, el gobierno brasileño insiste en que la crisis venezolana debe resolverse exclusivamente por medio del diálogo, y reafirma su posición de mantener a América Latina como una región libre de conflictos.
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