22/02/2023
Hoy en día estos caminos, conocidos como Las Trochas, persisten aunque con un movimiento reducido de personas y mercancías. Estos senderos, fueron trazados por los pobladores, que abrieron vías de accesos entre la maleza, con el fin de atravesar el río Táchira y llegar hasta el departamento colombiano de Norte de Santander.
Estos caminos, han existido desde siempre, pero su uso se extendió a partir de 2015 con el cierre de la frontera por orden de Nicolás Maduro, y llegaron a ser centenares en los años siguientes. Dadas las necesidades de la población, en su mayoría venezolana, de tener que migrar hacia el lado colombiano.
Esta región aislada, y recientemente poco circulada, en su momento fue la única vía para la migración de decenas de venezolanos. Según señalaron a este medio, en un momento de su esplendor este sendero estuvo controlado por grupos delictivos, que establecieron el control del pasaje, extorsionando y pidiendo dinero para que la gente pasara.
Asimismo, señalaron que gracias a dicho trayecto, miles de venezolanos que huían de la crisis en su país, pero la llegada a la Presidencia de Colombia de Gustavo Petro, que propició el acercamiento con Maduro y la reanudación de las relaciones diplomáticas (las cuales por cuatro años estuvieron interrumpidas), el 23 de febrero de 2019, supuso un cambio rotundo en el movimiento fronterizo.
En la zona comprendida por Cúcuta y Villa del Rosario (Colombia) y San Antonio y Ureña (Venezuela), el grueso del movimiento de personas y mercancías se hace hoy por los puentes internacionales Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander, por donde desde hace unos meses volvió a circular el transporte de carga y pasajeros con todos los controles aduaneros.
Donde residente s locales, habían manifestado a Diario Latina, que solo el traspaso era del lado venezolano hacia el colombiano. Añadieron que la gente de Venezuela utiliza este pasaje, mientras que del lado de Colombia, es muy poco frecuente. No obstante, hay que recordar que las trochas, en su mayoría del tiempo están controlada por grupos armados, que cobran peaje, además de haber sido un lugar donde han ocurridos crímenes, secuestros, violaciones, entre otros delitos.
Entre tanto, hay quienes a pesar del peligro, siguen usándolas, dado que en su mayoría son transitadas por indocumentados, la falta de gente agiliza el tránsito y se evitan un sinfín de controles fronterizos. Lo que en líneas generales es un sendero útil, mas allá de los peligros que implican cruzarlo, aunque para muchos vale la pena el sacrificio.
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