13/11/2022
En el Centro Monseñor Romero, ubicado en las instalaciones de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA), se encuentra representada la memoria cultural de la masacre ocurrida el 16 de noviembre de 1989. En donde, fueron asesinados seis sacerdotes jesuitas, en El Salvador.
En pocos días se cumplen 33 años de aquella tragedia, asimismo centenares de ciudadanos, se organizaron para exigir el pasado sábado el esclarecimiento de los asesinos. Los cuales, están implicados en el crimen de seis sacerdotes y tres mujeres cometidos por el ejército durante la guerra civil (1980-1992).
El reclamo, fue realizado con velas, flores y fotos de las víctimas, donde cientos de personas participaron de la procesión. La cual, se llevó a cabo dentro del campus de la Universidad, ubicada en San Salvador, capital del país. Puesto que, en dicho territorio tuvo lugar esta masacre.
La verdad es un derecho del pueblo de saber quiénes fueron los que cometieron estos atroces crímenes (de los sacerdotes y las mujeres) y por qué los cometieron para que no se vuelvan a repetir, comentó a la prensa el sacerdote Andreu Oliva, actual rector de la UCA. Por otro lado, la procesión, se dio en el marco del reclamo de justicia, la cual se está viendo demorara.
Por otro lado, en base a esta nueva conmemoración, el Frente Universitario Roque Dalton (FURD) exigió a través de un comunicado la necesidad de: sacar a la luz todas las atrocidades cometidas por el ejército en las dictaduras militares y lo que continuó la derecha neoliberal hasta la actualidad. Con lo cual, la protesta llevó como bandera el lema: Porque la lucha es justa, la esperanza no desfallece.
Cabe señalar que, en septiembre de 1991 un tribunal, llegó a juzgar a nueve militares como los principales autores materiales de los hechos, según constatan en documentos de organismos humanitarios. Donde varios especialistas, determinaron que, dicha masacre ocurrió en el campus a horas de la madrugada del 16 de noviembre de 1989 a manos del extinto batallón Atlacatl, en medio de una ofensiva guerrillera sobre San Salvador.
El juicio contra los nueve implicados figuraban varios autores materiales, sin tener en cuenta a los autores intelectuales. Ante esto, el coronel Guillermo Alfredo Benavides, quien fue declarado culpable de todos los asesinatos, y el teniente Yusshy René Mendoza fueron responsabilizados de la muerte de la menor Celina.
Ambos oficiales recobraron su libertad con una ley de amnistía de 1993, aunque Benavides fue encarcelado nuevamente, para así cumplir con su sentencia de 30 años, tras declararse prescrita la amnistía en 2016. No obstante, el 5 de enero de este año, para juzgar a los presuntos autores intelectuales: los exmilitares Juan Orlando Zepeda, Francisco Elena Fuentes y Rafael Humberto Larios.
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