02/12/2025
Lo que debía ser una celebración familiar terminó en una escena de terror en el noroeste de Guayaquil. La mañana del 30 de noviembre, un grupo armado irrumpió en una vivienda de Bastión Popular, uno de los sectores más castigados por el crimen organizado, y ejecutó a seis miembros de una misma familia que festejaban el cumpleaños número 81 de una adulta mayor.
Según los reportes policiales, el ataque ocurrió cerca de las 08:00, cuando varias motos se detuvieron frente a una casa del bloque 8 de Flor de Bastión. Los agresores, que se identificaron como integrantes de los "Activos Fénix", ingresaron armados con fusiles y abrieron fuego de manera directa contra las personas que estaban en la sala.
La cumpleañera murió en el acto junto con otras cuatro víctimas. Una sexta persona, gravemente herida, fue trasladada al hospital Monte Sinaí, donde falleció minutos después. Criminalística levantó casquillos de fusil y más de una decena de impactos dentro del inmueble.
La Policía confirmó que ninguna de las víctimas tenía antecedentes penales, lo que refuerza la hipótesis de que el ataque estaba dirigido contra un joven de la familia que presenció la masacre y habría sido el verdadero objetivo del comando armado. Según el capitán Patricio Morocho, jefe del circuito Flor de Bastión, se trató de "un acto de represalia directa", ya que el joven habría pertenecido previamente a los "Tiguerones Igualitos", una facción vinculada al crimen organizado.
Los vecinos relataron que escucharon una ráfaga que los dejó paralizados. "No podíamos creerlo, eran personas que no le hacían daño a nadie", contó una mujer que vive frente a la vivienda.
Este ataque se suma a una serie de hechos violentos que sacuden a la Zona 8, donde convergen Guayaquil, Durán y Samborondón, las jurisdicciones con los índices más altos de asesinatos del país. En las últimas semanas, siete personas fueron acribilladas en un billar en Durán, mientras otros ataques han dejado víctimas adultas y menores en medio de disputas territoriales entre bandas narcodelictivas.
El levantamiento de los cuerpos fue realizado por Medicina Legal y Criminalística tanto en la vivienda como en el hospital. Hasta el momento, no hay detenidos, y la investigación continúa.
La masacre reaviva la preocupación por el creciente control territorial de las bandas en sectores populares de Guayaquil, donde la población denuncia la falta de presencia estatal y asegura vivir cada día "bajo fuego cruzado".
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