29/05/2025
La empresa Petroperú activó su plan de contingencia, al tiempo que la comunidad impide las labores de limpieza y exige negociaciones con el Gobierno.
Un nuevo derrame de petróleo afectó la región de Loreto, en la Amazonía peruana, tras un presunto acto de sabotaje al Oleoducto Norperuano, según denunció la empresa estatal Petroperú. El incidente, ocurrido el 27 de mayo pasado en el kilómetro 315+535 del tramo II, cerca de la comunidad nativa Sinchi Roca, en el distrito de Manseriche, provincia de Datem del Marañón, fue provocado por la manipulación deliberada de una grapa instalada en un punto previamente perforado. La fuga alcanzó una quebrada cercana, y agravó el impacto ambiental al tiempo que puso en riesgo la salud de la población local.
El Oleoducto Norperuano, que se extiende por 1.106 kilómetros desde la Amazonía hasta la costa de Piura, es una infraestructura clave para el transporte de crudo en Perú. Petroperú señaló que este es el cuarto atentado contra el oleoducto en lo que va de 2025, todos atribuidos a la comunidad Sinchi Roca. La empresa activó de inmediato su plan de contingencia, cerrando válvulas en la zona para contener la fuga y desplegando equipos de emergencia para tareas de reparación y limpieza. Sin embargo, las labores de recolección del crudo y saneamiento del área afectada han sido obstaculizadas, ya que la comunidad impidió el acceso del personal de Petroperú, y exigió negociaciones con el Ejecutivo para financiar proyectos locales.
La empresa denunció que el derrame fue provocado por una perforación clandestina del oleoducto.
La empresa estatal expresó su preocupación por el impacto ambiental y sanitario del derrame, que amenaza los ecosistemas de la quebrada cercana y la calidad de vida de los habitantes. Petroperú instó a las comunidades a no manipular el crudo derramado, debido a los riesgos que implica sin medidas de protección adecuadas, y anunció que presentará denuncias contra los responsables del acto vandálico. La compañía también informó a los organismos fiscalizadores, como el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), para que supervisen la emergencia y evalúen el alcance del daño.
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El caso reaviva el debate sobre la seguridad del Oleoducto Norperuano, que desde 2014 ha registrado múltiples incidentes, muchos atribuidos a sabotajes, aunque comunidades indígenas y ONG señalan el mal mantenimiento de la infraestructura como una causa principal. Las autoridades peruanas investigan el hecho, mientras Petroperú busca acuerdos con la comunidad Sinchi Roca para retomar las tareas de limpieza y evitar una mayor afectación ambiental en esta región de alta biodiversidad.
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