23/02/2023
Este jueves, Meta informó la desarticulación de varias cuentas de carácter falsas, utilizadas con fines políticos de los gobiernos de Cuba y Bolivia. Las mismas, se encargaban de difundir propaganda a fines a dichos partidos, por medio de mensajes oficialistas y con claras intenciones de desacreditar a opositores.
Las redes operaban de forma independiente en cada país y sus contenidos llegaron a de miles de personas, hasta que una investigación interna concluida en el cuarto trimestre de 2022, descubrió la trampa. Según señalaron las autoridades de Meta, señalaron que los autores detrás de las cuentas trataban de mantenerse en el anonimato, hasta que llegaron hasta los altos mandos del gobierno de Cuba.
Por otro lado, una situación similar, tuvo lugar en Bolivia. La investigación llevó a establecer los vínculos, con el gobierno de izquierda, con el partido oficialista Movimiento al Socialismo (MAS) tras su regreso al poder en 2020 y un grupo autodenominado Guerreros Digitales, precisó. Incluso, a través de estas investigaciones, la plataforma eliminó en noviembre de 2021 una granja de troles operada en Nicaragua.
Por su parte, el caso de la Cuba socialista, que por décadas fue uno de los países menos conectados del mundo, Meta desactivó 363 cuentas de Facebook, además de 270 páginas y 229 grupos, así como 72 de Instagram. La operación abarcó otras redes sociales como YouTube, TikTok y Twitter.
En Bolivia se desactivaron unas 1.600 cuentas, páginas y grupos que funcionaban en búnkeres en La Paz y Santa Cruz. Estas, se manejaban con la intención de publicar en apoyo al gobierno boliviano y criticar y acosar a la oposición, señaló David Agranovich, director de Disrupción de Amenazas, también en la conferencia.
Según las autoridades, la operación en Cuba, Meta identificó dos brazos. El primero fue denominado como porristas falsas el cual según Ben Nimmo, líder global de Inteligencia sobre Amenazas de Meta, dichas cuentas eran falsos y se utilizaban para compartir y dar Me gusta al contenido del gobierno. El segundo, era de una categoría más elaborada, pasaba por la creación de identidades irreales para publicar críticas a opositores al gobierno en la isla y en el extranjero.
Ante esto, precisaron que unas 650.000 personas siguieron a una o más de las páginas en la red cubana y unas 510.000 se unieron a los grupos. En cuanto, al caso boliviano involucró a poco más de dos millones de cuentas que seguían a las páginas.
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