16/03/2024
Mientras las reformas sociales enviadas al Congreso colombiano corren el riesgo de ser archivadas, el Presidente de ese país deslizó la posibilidad de convocar a una Asamblea Nacional Constituyente para garantizar el avance de las iniciativas.
El Presidente de Colombia, Gustavo Petro, deslizó la posibilidad de llamar a una Asamblea Nacional Constituyente en el país, si las reformas sociales que impulsa su Gobierno no son aprobadas por el Congreso colombiano. La oposición tildó de "peligroso" el planteo realizado por el mandatario.
Las declaraciones del jefe de Estado colombiano se dan en el marco del estancamiento de las reformas de salud, laboral y previsional que su Gobierno envió al Congreso y que se encuentran al borde de ser archivadas por la oposición. Ante esa realidad, Petro arremetió contra la legislatura y afirmó que "las instituciones que hoy tenemos en Colombia no son capaces de estar a la altura de las reformas sociales que el pueblo a través de su voto decretó, demandó, mandó y ordenó".
El camino para lograr la sanción de las reformas que Petro plantea es poco menos que imposible, dado que el mandatario perdió la mayoría en la legislatura colombiana pocos meses después de haber asumido la presidencia de ese país. "Si las instituciones que hoy tenemos en Colombia no están a la altura de las reformas sociales que el pueblo a través de su voto decretó, demandó y ordenó, entonces no es el pueblo es que se va arrodillado hacia su casa derrotado son las transformaciones de esas instituciones las que se tienen que presentar", argumentó el mandatario.
La sugerencia deslizada por Petro, fue férreamente rechazada por el principal partido opositor, Centro Democrático (fundado por el expresidente Álvaro Uribe), que comparó al Presidente con su homólogo venezolano, Nicolás Maduro. "Colombia es mucho más grande que este mal momento. Quienes creemos en las Constitución de 1991 no vamos a ser inferiores a esta afrenta", aseguró el senador uribista, Miguel Turbay.
Lo cierto es que más allá de la intención manifestada por Petro, es al Gobierno a quien más le urge obtener un resultado positivo, cuantificable, rumbo a su segundo año de gestión, con diálogos para la paz que vienen y que van y con un capital político que se ha visto disminuido y que ha perdido considerablemente el respaldo de la población, visibilizado en las manifestaciones de las últimas semanas en su contra.
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