Estalló el escándalo en Perú: extitular de la Policía denunció que su destitución fue un "sicariato político"

El exresponsable de la Policía Nacional del Perú Jorge Angulo se despachó contra el titular del Ministerio del Interior, Víctor Torres, a quien acusó de ser el responsable de su destitución al frente de la institución, en un hecho al que calificó como un acto de "sicariato político".

El excomandante, destituido recientemente tras la agresión sufrida por la Presidenta Dina Boluarte durante un acto en Ayacucho, se refirió durante una entrevista con el medio peruano Cuarto Poder a las razones de su alejamiento de la institución, y responsabilizó a Torres por el hecho, al tiempo que reveló que sufrió presiones por parte del titular de la cartera del Interior para desplazar de su cargo a altos mandos como el general Harvey Colchado,(jefe de la Dirección de Delitos de Alta Complejidad (DIVIAC) y coordinador general del Equipo Especial Contra la Corrupción en el Poder), quien lleva a cabo investigaciones que involucran al hermano de la Presidenta y al exmandatario Pedro Castillo, entre otros.

En ese sentido, Angulo confirmó que fueron cerca de 300 los "pedidos" realizados por el jefe de la cartera del interior para remover agentes y efectivos de áreas claves, pedidos que, de acuerdo a lo relatado por el excomandante de la Policía Nacional Peruana, fueron denegados por la cúpula de la institución, motivo que ocasionó posteriormente que Angulo ya tuviera fichado el boleto de salida de su cargo.

Según lo manifestado por el excomandante, tiempo atrás había sostenido una reunión con la mandataria en donde la misma no le presentó ningún reproche y le pidió "redoblar esfuerzos", una actitud diametralmente opuesta a la demostrada durante la última reunión con Angulo en donde, de acuerdo a las palabras del exjefe policial, la mandataria habría afirmado que asumía "cualquier responsabilidad" por su desplazamiento.

Las acusaciones de Angulo contra el proceder del jefe de la cartera del Interior se producen en un marco en donde la criminalidad en el país alcanza niveles considerablemente elevados y ha obligado a declarar el estado de sitio en varias ciudades del Perú para controlar la ola delictiva.