Estados Unidos volvió a expresar su voluntad de profundizar la cooperación bilateral con Honduras tras una reunión diplomática mantenida con el presidente electo Nasry "Tito" Asfura. El encuentro se dio en el marco de los contactos posteriores al proceso electoral y fue encabezado por la encargada de Negocios, Colleen Anne Hoey.
Desde la Embajada estadounidense señalaron que la conversación permitió ratificar prioridades compartidas entre ambos países, en un contexto regional atravesado por desafíos en materia de seguridad, economía y migración ilegal. La señal política apunta a consolidar una relación de trabajo fluida con el próximo gobierno hondureño.
Prioridades comunes y agenda regional
Durante la reunión, las partes coincidieron en la necesidad de reforzar los mecanismos de seguridad regional, promover el crecimiento económico y coordinar acciones frente a los flujos de migración irregular. Estos ejes forman parte de una agenda que Washington considera central para Centroamérica, ante un escenario de alta sensibilidad social y política.
El encuentro también reflejó el interés de Estados Unidos en sostener un vínculo institucional sólido con Tegucigalpa, basado en la cooperación y el diálogo permanente con las nuevas autoridades.
Señales de respaldo político
En línea con este acercamiento, días atrás el secretario de Estado Marco Rubio felicitó a Asfura por su triunfo electoral y destacó la coincidencia entre su programa político y los lineamientos estratégicos del gobierno de Donald Trump. Desde el Departamento de Estado remarcaron la importancia de fortalecer los lazos económicos y la cooperación en seguridad.
Incluso antes de los comicios, el propio Trump había manifestado públicamente su respaldo al líder del Partido Nacional de Honduras, anticipando un apoyo significativo una vez iniciada la nueva gestión.
Proyección de la relación bilateral
Con estos gestos diplomáticos, Estados Unidos busca afianzar una alianza estratégica con el futuro gobierno hondureño. La expectativa, según fuentes oficiales, es avanzar en una agenda conjunta que refuerce la estabilidad regional y promueva el desarrollo, en un contexto marcado por tensiones políticas y desafíos estructurales en Centroamérica.




