02/12/2022
Durante la jornada del jueves, la Corte Internacional de Justicia de La Haya (CIJ) respondió a una demanda planteada por Evo Morales en 2016, respecto al río que nace en Bolivia y desde 1908 es canalizado hacia territorio chileno. Vamos a demostrar que el Silala no es un río, prometió en su momento el mandatario boliviano.
Ante la disputa entre ambos países la CIJ se excusa de fallar porque, según el documento entregado en La Haya, ambos países están de acuerdo en que se trata de un río de curso internacional. Sin embargo, Bolivia presentó ante las autoridades una demanda donde admitía que este cuerpo de agua se trataba de un río internacional, algo que favoreció a Chile.
Por otro lado, en 2009, Chile ofreció pagar 6,2 millones de dólares anuales a Potosí por el uso del 50% de las aguas del Silala. No obstante, el Comité Cívico Potosinista (Comcipo) rechazó tal acuerdo, aunque al cabo de 13 años, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya estableció que dichas aguas tienen un flujo internacional y por lo tanto Chile no deberá pagar absolutamente nada.
Los representantes de las cancillerías de Bolivia y de Chile habían logrado en 2009 un acuerdo inicial en donde Chile se comprometía a pagar la suma de 17.000 dólares por día, por consumir el 50 por ciento del caudal del agua. En aquel momento, Evo Morales desistió. Por lo que, el gobierno chileno se comprometió a analizar la situación de la deuda histórica por el uso de las aguas.
En ese entonces, la situación fue calificada como una burla, respecto al acuerdo al que había llegado el equipo diplomático, que estaba encabezado por el vicecanciller Hugo Fernández. La burla que nos hizo el vicecanciller Hugo Fernández, quien llegó a Potosí en varias ocasiones para asegurarnos que no se firmaría un solo documento sin consultar antes a la región, pero no lo hizo, dijo el presidente de Comcipo, Celestino Condori, en ese entonces.
Por otro lado, la visión predominante era que las aguas del Silala provenían de ojos de agua que había sido canalizada artificialmente y Bolivia exigía el 100% del pago por esas aguas, no el 50%. Ante esto, el ex mandatario Morales manifestó que llevaría a Chile a La Haya para que pague por el 100%, pero fue ese país el que se adelantó e hizo el juicio, que acaba de ganar el pasado jueves.
Asimismo, la primera derrota tuvo lugar en 2018, cuando la CIJ dictaminó que Chile no tiene ninguna obligación de conceder a Bolivia una salida al Pacífico en compensación por lo que perdió en la guerra de 1879. Lo que concluyó la eterna disputa conocida como lamento boliviano. Ante esto, Chile argumentó que el río nace en su territorio, en unas vertientes y que tiene el derecho de retener sus aguas y no compartirlas con Bolivia.
En el caso Silala es parecido, aunque con otro enfoque, dado que las vertientes están en Bolivia y fue el prefecto del departamento de Potosí que, en 1908, autorizó a una empresa ferroviaria chilena hacer obras de canalización de las aguas hacia territorio chileno. Por lo que a diferencia del territorio gobernado actualmente por Gabriel Boric, no hizo ninguna maniobra para construir represas en su territorio para proteger la ciudadanía del río, algo que sí hizo Chile.
Cabe señalar que, tras conocerse la resolución definitiva, en las últimas horas usuarios y políticos de Bolivia, se han mostrado furiosos con la victoria chilena. Por su parte, el canciller boliviano, Rogelio Mayta, exclamó que ahora se podrían destruir las obras de canalización hechas por Chile, lo que parece imposible, porque ambos países admitieron ante la CIJ que este es un río internacional.
Entre tanto, los golpes directos los está recibiendo Evo Morales, a quienes muchos acusan de traición a la patria, de juicios de responsabilidades al ex mandatario y a todos los funcionarios que hubieran tenido algo que ver con el caso. Dado que también se lo acusa de haber gastado muchos millones de dólares para el juicio sobre la reivindicación marítima, y haber puesto en manos de funcionarios ineptos la defensa del Silala.
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