El presidente electo de Panamá propuso dialogar a First Quantum Minerals para resolver el conflicto por el cierre de la mina de cobre

El presidente electo de Panamá, José Raúl Mulino, propuso iniciar un diálogo con la compañía minera canadiense First Quantum Minerals para dirimir su disputa con el país, sin recurrir a arbitrajes internacionales, tras el cese de actividades de la organización empresarial en la mina de cobre más grande de Centroamérica.

El delfín político del expresidente panameño Ricardo Martinelli indicó durante una entrevista radial que la única condición para iniciar conversaciones con First Quantum Minerals sería que la compañía suspendiera sus presentaciones ante tribunales internacionales contra el país centroamericano. "Para hablar de buena fe, los arbitrajes se tienen que suspender (...) No voy a hablar de mina sin que esos arbitrajes se suspendan de buena fe, ese sería un marco que apreciaría muchísimo si queremos hablar con calma", señaló Mulino durante una entrevista.

De esta manera, el mandatario electo no sólo dejó la puerta abierta al diálogo con la empresa sino que tampoco descartó una hipotética reapertura de la mina de cobre que dejó de operar a finales del año pasado, por decisión de la gestión de Laurentino Cortizo, luego de que la Corte Suprema de Justicia de Panamá declarar inconstitucional el contrato celebrado entre First Quantum Minerals y el gobierno local. "Lo ideal es llegar a un buen acuerdo para abrir (o) para cerrar", deslizó Mulino.

Antes de su cierre definitivo, la explotación de la mina de cobre más grande de Centroamérica por parte de la compañía canadiense representaba al país ingresos por casi el 5% de su Producto Interno Bruto (PIB), mientras que en materia de empleo llegó a contar con cerca de 7 mil trabajadores que desempeñaban sus labores de forma directa.

No obstante, para terminar de ejecutar el proceso de cierre del yacimiento minero (que se estima se extienda durante varios años) la saliente administración de Laurentino Cortizo proyectó un costo de cerca de mil millones de dólares. "Para poder cerrarla (la mina) hay que abrirla para que genere esos flujos necesarios (como está) ahora la instalación, con más de 120,000 toneladas de concentrado de cobre acumulados, es un riesgo muy grande para la biodiversidad, ecología y todas estas hierbas aromáticas", planteó Mulino.

Las declaraciones del presidente electo de Panamá no sentaron muy bien a las organizaciones ambientalistas del país, quienes habían sido las principales impulsoras del cierre de la mina de cobre durante las masivas protestas llevadas a cabo el año pasado. En ese sentido, el director ejecutivo de la ONG Asociación Adopta Bosque Panamá, Guido Berguido, subrayó que Mulino no puede plantear la reapertura de las instalaciones mineras dado que existe la "ley de moratoria minera indefinida" que fue aprobada por la Asamblea Nacional panameña durante el año pasado.

"Para mí que (Mulino) está siendo político, tratando de apaciguar las aguas y para que las acciones de First Quantum suban, dándole esperanza de algo", indicó Berguido.