06/02/2023
Desaguadero, una ciudad fronteriza, entre Bolivia y Perú que se encuentra totalmente vacía por el cierre. Ni turistas, los comercios cerrados, los restaurantes y los alojamientos están vacíos. Habitualmente la ciudad vive del comercio, pero hoy en día es una ciudad fantasma.
Por otro lado, ante la interrupción de flujo de cocaína, estaría produciendo problemas entre los narcotraficantes, cuyos acuerdos se ven comprometidos por el conflicto socio-político. Puesto que, al país no llegan las hojas de coca y de sulfato de cocaína, todos ellos provenientes de territorios amazónicos peruanos es indispensable para que los barones bolivianos, capos del narcotráfico cumplan sus compromisos de reexportación hacia otros países vecinos, rumbo a Europa.
Según las estadísticas de las Naciones Unidas y del propio gobierno boliviano han comprobado que los volúmenes de droga que sale de Bolivia hacia el mundo no podrían ser producidos solamente con la coca boliviana. Para ello se requiere el aporte de la materia prima y la droga semielaborada provenientes de Perú, el segundo productor de coca de Sudamérica, después de Colombia.
Dichos elementos, son tratados en modernos laboratorios instalados en parques nacionales para producir clorhidrato de cocaína, que luego parte en avionetas hacia Argentina, Brasil y Paraguay. Sin embargo, ante los bloqueos, la irrupción del flujo del contrabando, estaría produciendo tensiones muy grandes entre los narcos, que tienen tratos que se cumplen, de lo contrario comenzaría a correr sangre.
Por su parte, el expresidente cocalero Evo Morales y el dirigente Leonardo Loza, de Chapare, no han dejado de expresar su solidaridad con las protestas de los grupos violentos del sur del Perú que han llegado hasta Lima. Acción que siguen manteniendo a pesar de las protestas del gobierno de Dina Boluarte.
No obstante, el canciller de Bolivia, Rogelio Mayta, entró en el debate y dijo que el gobierno boliviano rechazó las acusaciones de injerencia hechas desde Lima, pero no sin antes lamentar la muerte de los revoltosos peruanos que llegaron acompañados de narcoterroristas de la organización maoísta Sendero Luminoso. Ante esto, se mantiene las fronteras cerradas, lo que imposibilita y perjudica el comercio bilateral, incluido la coca y el sulfato de cocaína que llegan de Perú a Bolivia regularmente, junto con oro de la minería ilegal.
Cabe señalar que, la injerencia de los dirigentes de Chapare da la razón a las denuncias del gobierno peruano y a los parlamentarios de ese país que han advertido la presencia de ciudadanos bolivianos en las protestas.
Mientras tanto, el narcotráfico continúa siendo noticia ante las tensiones en Bolivia. Considerando, el incremento de presencia armada en la región, donde las tropas peruanas en la frontera genera nerviosismo y hacen retroceder a los contrabandistas. Dicha medida, es respaldada por la presidenta Dina Boluarte, quien dispuso que las Fuerzas Armadas peruanas tomen control de la provincia de Puno mediante un comando conjunto con la policía, debido al estado de emergencia.
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