19/12/2025
Las Fuerzas Armadas de Estados Unidos ejecutaron dos operaciones militares letales contra embarcaciones vinculadas al narcotráfico en el Pacífico Oriental, que dejaron un saldo de cinco personas muertas. Las acciones fueron confirmadas por el Comando Sur, que justificó los ataques a partir de información de inteligencia sobre rutas marítimas utilizadas por organizaciones criminales.
Según informó el organismo militar, los operativos se desarrollaron en aguas internacionales y estuvieron a cargo de una fuerza conjunta especializada en interdicción marítima. La evaluación previa indicó que las lanchas interceptadas formaban parte de circuitos logísticos empleados para el transporte de drogas hacia Norteamérica.
Desde el Pentágono señalaron que los objetivos estaban asociados a grupos clasificados por Washington como organizaciones terroristas, una categoría que habilita el uso de fuerza militar directa bajo el marco de la política de seguridad vigente. En los ataques no se registraron bajas entre el personal estadounidense.
La ofensiva forma parte de una estrategia regional que combina vigilancia aérea, control naval y cooperación con países de Centroamérica y Sudamérica. Desde septiembre, esta campaña se tradujo en una serie de acciones similares en corredores marítimos considerados críticos para el tráfico internacional de estupefacientes.
Fuentes oficiales sostienen que el endurecimiento de la respuesta busca desarticular cadenas logísticas completas, no solo interceptar cargamentos. En ese marco, el uso de ataques "cinéticos" marca un cambio de escala respecto de operativos tradicionales de incautación y detención.
La política es impulsada directamente por el presidente Donald Trump, quien colocó la lucha contra el narcotráfico en el centro de su agenda de seguridad nacional. La Casa Blanca sostiene que estas acciones reducen el ingreso de drogas y actúan como disuasión frente a organizaciones criminales transnacionales.
Washington también amplió el foco hacia Venezuela, país al que acusa de facilitar el tránsito de cocaína y de albergar estructuras estatales vinculadas al negocio narco. El gobierno estadounidense no descarta extender las operaciones desde el mar hacia objetivos terrestres, una posibilidad que genera preocupación en la región.
Mientras tanto, las rutas del Pacífico Oriental continúan siendo uno de los principales corredores del tráfico ilegal, utilizadas por embarcaciones rápidas diseñadas para evadir controles. Para Estados Unidos, el control de esas aguas se convirtió en una prioridad estratégica que combina seguridad, geopolítica y mensaje político.
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