Fuertes enfrentamientos entre el Cuerpo de Carabineros y manifestantes tuvieron lugar en las calles de
Santiago de Chile, en medio de los actos previos por la conmemoración del
50º aniversario del golpe de Estado perpetrado por
Augusto Pinochet, el 11 de septiembre de 1973.
Los hechos de violencia se desataron en las inmediaciones del
Palacio de la Moneda, donde un grupo de personas comenzó con los desmanes que de acuerdo a las informaciones brindadas arrojaron un saldo de tres carabineros heridos y un manifestante detenido. Ante la rotura de vidrios y el violento accionar de un grupo de encapuchados, los
Carabineros comenzaron la represión con el lanzamiento de gases lacrimógenos y la utilización de carros hidrantes contra los manifestantes que lograron ingresar al cementerio general de la capital, en donde continuaron los incidentes.
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Desde el Gobierno chileno lamentaron lo ocurrido y señalaron que ese tipo de actos constituyen "
una vulneración a la memoria del país", y adelantaron que el
Ejecutivo iniciará acciones contra los manifestantes que participaron de los hechos de violencia. En tanto, el
Presidente Gabriel Boric repudió lo ocurrido a través de su cuenta en la
red social X, antes
Twitter: "Como Presidente de la República condenó categóricamente estos hechos sin ningún tipo de matiz. Su intolerancia y violencia no deben tener cabida en democracia y quienes hayan sido participes de estos actos deberán enfrentar la ley y el Estado de Derecho".
Por otra parte, activistas de derechos humanos acusaron que fue el propio
Cuerpo de Carabineros quien comenzó con la violenta represión una vez iniciada la movilización hacia el cementerio general. La diputada de
Acción Humanista,
Ana María Gazmuri, afirmó que "se hace imposible seguir con la marcha.
En estos 50 años del golpe estamos siendo reprimidos, hay gas pimienta y lacrimógenas. Se supone que es una marcha autorizada, pero hemos sido reprimidos desde un principio".