Cuba admite 33 muertes por chikunguña y dengue en medio de una crisis sanitaria profunda

Según el Ministerio de Salud Pública (MINSAP), 21 personas murieron por chikunguña -14 de ellas, niños-, mientras que 12 fallecieron por dengue, con siete menores entre las víctimas. El anuncio llega tras semanas de denuncias por opacidad, subregistro y una respuesta tardía frente al avance de ambas enfermedades.

Los primeros casos de chikunguña fueron detectados en julio, pero las medidas nacionales recién comenzaron en noviembre, cuando la transmisión ya era masiva. El propio MINSAP reconoció que todavía hay una "amplia circulación" de los dos virus y que, por ahora, no existen resultados alentadores en el control del brote.

La expansión de las arbovirosis ocurre en un país golpeado por una crisis económica estructural: disminuyeron las fumigaciones, escasean reactivos para diagnósticos y faltan medicamentos esenciales. La recolección de basura, clave para eliminar criaderos de mosquitos, se redujo drásticamente por la falta de combustible y vehículos, dejando zonas enteras con acumulación de desechos.

A esto se suma el deterioro del propio sistema sanitario: entre 2021 y 2024, Cuba perdió 29% de sus médicos y 17% de su personal de enfermería, según datos de la ONEI. Con menos personal disponible, la atención primaria se encuentra desbordada y miles de casos se están identificando solo por sintomatología, sin pruebas confirmatorias.

En la última semana se reportaron 5.717 nuevos casos de chikunguña, acumulando 38.938 contagios desde el inicio de la epidemia, casi la mitad durante noviembre. Al menos 93 pacientes están en estado grave, en su mayoría menores. Respecto al dengue, el régimen solo confirmó su presencia en 14 de las 15 provincias, pero no actualiza el número total de afectados desde principios de noviembre, cuando ya superaban los 9.600 contagios.

El Gobierno cubano admitió finalmente que sus cifras oficiales no reflejan el panorama real: muchas personas no acuden a los hospitales por la escasez de medicamentos, lo que agrava el subregistro.

En un mensaje televisado, el director nacional de Epidemiología, Francisco Durán, reconoció que el país enfrenta la epidemia con fuertes limitaciones de "personal y equipo", una admisión que confirma lo que organizaciones y médicos independientes denunciaban desde hace meses: Cuba está enfrentando dos epidemias en simultáneo con un sistema sanitario debilitado y sin recursos suficientes para detenerlas.