15/12/2025
El Gobierno de Uruguay, encabezado por Yamandú Orsi, condenó el atentado antisemita perpetrado durante una celebración judía en Sídney, Australia, que dejó al menos 15 muertos y decenas de heridos. A través de un comunicado oficial, la Cancillería uruguaya expresó su "enérgico repudio" al ataque y manifestó su solidaridad con el pueblo australiano y con las familias de las víctimas.
"El Uruguay reafirma su rechazo a todo acto de violencia injustificado y a las manifestaciones de odio, extremismo, racismo y antisemitismo", señaló el Ministerio de Relaciones Exteriores, en un mensaje que fue replicado por la Presidencia. La declaración se produjo luego de que las autoridades australianas confirmaran que el ataque fue calificado como acto terrorista, tras un tiroteo ocurrido durante los festejos de Janucá en la zona de Bondi Beach.
La reacción no se limitó al oficialismo. El Partido Nacional, principal fuerza de la oposición, definió el hecho como un "atentado terrorista cobarde e inadmisible" y convocó a todo el sistema político a expresar una condena unánime. En su pronunciamiento, advirtió que episodios como este remiten a "las consecuencias extremas de los discursos de odio" y reclamó extremar medidas frente al crecimiento de expresiones antisemitas.
En la misma línea se expresó el Partido Colorado, que calificó el ataque como "un acto de barbarie incompatible con cualquier principio de humanidad" y reafirmó su compromiso con la defensa de la vida, la libertad y la convivencia democrática, llamando a la comunidad internacional a redoblar esfuerzos contra el terrorismo.
La colectividad judía uruguaya también se manifestó con dureza. El Comité Central Israelita del Uruguay repudió el ataque y alertó sobre un "antisemitismo visceral alimentado por discursos de odio", al tiempo que expresó sus condolencias a las familias de las víctimas y su preocupación por la seguridad de las comunidades judías en el mundo. En términos similares se pronunció B'nai B'rith, que reclamó acciones concretas frente a lo que definió como un fenómeno global en expansión.
Las expresiones coincidentes desde el gobierno, la oposición y las organizaciones comunitarias marcaron una posición clara del sistema político uruguayo frente al atentado, en un contexto internacional atravesado por un aumento de episodios de violencia antisemita. El mensaje fue explícito: no hay margen para relativizar ataques de este tipo ni para neutralidades frente al terrorismo y el odio religioso.
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